Algas que llegan a las playas, se transforman en biocombustibles y se utilizan en la acuicultura cercana
Algas que llegan a las playas, se transforman en biocombustibles y se utilizan en la acuicultura cercana
Las algas de arribazón llegan en grandes cantidades a las playas españolas del Atlántico y el Cantábrico entre el otoño y el invierno. Algunas se aprovechan para diversos fines, entre los que se encuentran el agrícola, la alimentación y la medicina. El centro tecnológico EnergyLab trabajará también para producir con ellas pélets y biogás que abastezcan de energía a industrias de acuicultura cercanas y que a veces sufren la excesiva proliferación de las algas. Lo hará dentro del proyecto Valoralgae, en el que participa la Fundación Biodiversidad.
En los últimos tiempos ha crecido la recolección de las macroalgas que llegan a las costas españolas del mar Cantábrico y de Galicia, tras los primeros temporales del otoño. Las poblaciones costeras han convertido en una fuente adicional de ingresos la recogida con tractores y manual de unas algas que se destinan a fabricar espesantes y conservantes alimenticios, pero que también tienen otros destinos, como servir de abono para la agricultura y materia prima para otras industrias, como la farmacéutica y la cosmética.
A todos estos destinos se quiere unir el energético. Ayer mismo, el centro tecnológico EnergyLab presentaba el proyecto Valoralgae para “promover la sostenibilidad del sector acuícola marítimo a través de la implantación de un proceso innovador de valorización de algas de arribazón mediante su transformación en biocombustibles que posibiliten la obtención de energía renovable”. El trabajo se centrará en Galicia y Asturias.
Según el mismo centro, la proliferación de estas algas de arribazón afecta a los bancos marisqueros, “cuya mortandad se ha visto incrementada por su acumulación y descomposición en las playas”. Añaden que “Valoralgae ofrece a la actividad acuícola marina una nueva vía de aprovechamiento sostenible para las algas mediante su valorización como combustible renovable (biogás y pélets), minimizando así su impacto negativo sobre el medio ambiente”.
Codigestión anaerobia de algas y descartes de pescado
Otro proyecto, Gestalgar, del programa Conecta Pyme de la Xunta de Galicia, servirá para aprovechar sus conocimientos en la eliminación de sales y arenas de las algas a través de “un equipo novedoso de limpieza” desarrollado dentro de esta iniciativa. El destino de las algas en Gestalgar es producir compost agrícola, para lo que trabajan en el desarrollo de soluciones de compostaje biológico de alto valor añadido y en el ensayo y validación de aplicaciones de mejora agronómica y remediación ambiental con dicho compost.
Dentro de los objetivos específicos de Valoralgae está, por un lado, “evaluar el proceso de codigestión de las algas con otros subproductos orgánicos del sector, como descartes de pescado, para incrementar la eficiencia de los recursos y generación de biocombustible gaseoso”. Por otro, está “desarrollar y validar procesos específicos de valorización energética de las algas mediante su transformación en biocombustible sólido”. Es decir, biogás y pélets.
Extensión del proyecto a lonjas, puertos y cofradías
Además, otros objetivos son: “evaluar distintas mezclas de algas con materiales biomásicos, para incrementar la eficiencia de los recursos y la generación de biocombustible sólido; evaluar la viabilidad económica de la implantación de los nuevos procesos y equipos en lonjas, puertos y cofradías; e impulsar y difundir el uso sostenible de las algas de arribazón entre entes del sector acuícola marino”.
En cuanto a la extensión del proceso a lonjas, puertos y cofradías, desde EnergyLab aseguran que el proyecto “cuenta con la colaboración de la Federación de Cofradías de Pontevedra, el Grupo de Acción Local do Sector Pesqueiro (GALP) de la Ría de Arousa y las cofradías de Gijón, Luanco, Lourizán, Pontevedra, Raxó, además del Centro Tecnológico del Mar (Cetmar) y el puerto de Vigo.
Macroalgas para alimentación y agricultura
Valoralgae tiene una duración de un año y se desarrolla con la colaboración de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico a través del programa Pleamar, cofinanciado por el Fondo Europeo Marítimo y de Pesca (FEMP). El mismo programa Pleamar impulsó otro proyecto entre 2018 y 2019 que lideró la Asociación Nacional de Fabricantes de Conservas (Anfaco-Cecopesca).
Los resultados finales de este otro proyecto concluyeron que “la caracterización físico-química realizada reveló que la biomasa de macroalgas asociada a las instalaciones de acuicultura en tierra presenta potencial para su uso en la industria alimentaria o agrícola. Determinados componentes de estas algas, como polifenoles, ácidos grasos, aminoácidos, pigmentos, azúcares, vitaminas o citoquininas, presentan un gran potencial de aplicación”.
“A medida que avance Valoralgae veremos si hay o no conflictos con otros usos”
Anfaco-Cecopesca sigue en la misma línea y ahora participa en el proyecto Alehoop del programa Horizonte 2020 de la Unión Europea. En este caso “proporcionará una demostración a escala piloto enfocada a la recuperación de proteínas dietéticas de bajo coste en biorrefinerías mediante un proceso sostenible y barato a base de residuos procedentes de macroalgas y del procesamiento de leguminosas. Las proteínas obtenidas serán destinadas al sector alimentario y a la fabricación de piensos para animales”.
Con Valoralgae, EnergyLab espera “alcanzar todos los objetivos marcados y fomentar así una acuicultura sostenible desde el punto de vista medioambiental, eficiente en el uso de los recursos, innovadora, competitiva y basada en el conocimiento”.
Sobre la posible competencia de la bioenergía con los otros usos descritos, desde EnergyLab expresan a Energías Renovables que “el proyecto aún está en una fase muy inicial de desarrollo, pero, dada la gran cantidad de algas que existen en Galicia a las que no se les da salida, no creemos que vaya a haber ningún problema. El proyecto se desarrolla asimismo en Asturias, es por ello que a medida que vayamos avanzando veremos si hay conflicto de intereses con otros usos o no”.